sábado, 24 de marzo de 2007

Un encuentro sin oponente


El pasado jueves, 8 de marzo, el presidente de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, arribó a la capital Argentina, con el propósito de concretar acuerdos económicos con el país de Gardel, aprovechando la oportunidad para dirigir unas palabras en contra de su homólogo estadounidense, George W. Bush quien visitaba el sur del continente.

Aún se izaba el crepúsculo en el cielo de la capital argentina cuando empezó el desfile de personas hacia Caballito, lugar donde se levanta el estadio de fútbol Ferrocarril Oeste, en el que suelen converger emociones de alegría y tristeza, dependiendo del resultado de la oncena en el campo de juego, pero en esta oportunidad la asistencia no responde a la hinchada de un equipo, sino a seguidores de un movimiento político que parece expandirse rápidamente por Latinoamérica, el socialismo.

El manto de estrellas ya arropaba la ciudad de Buenos Aires, los grandes faros ya estaban encendidos, las cámaras de televisión preparadas para iniciar la transmisión y las fotográficas enfocadas para no perder ningún detalle, cuando al campo de juego saltaron los representantes del socialismo, encabezados por Hebe Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, y culminando con el capitán de la escuadra y presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías.

Luego de los saludos protocolares entre los miembros del mismo equipo -pues el capitalismo se encontraba del otro lado del Río de La Plata- se inició la presentación con la que Bonafini le dió paso al discurso más esperado de la noche, el del Primer Mandatario venezolano, quien sin pensarlo mucho, emprendió la envestida en contra del representante de la Casa Blanca.

El presidente Chávez enfatizó que su visita a Argentina no tiene nada que ver con la gira de Bush a Latinoamérica, señalando que el hombre más poderoso del mundo "ya ni siquiera huele a azufre, lo que inhala es el olor de los muertos políticos y dentro de muy poco tiempo se convertirá en polvo cósmico y desaparecerá del escenario, no hace falta ningún sabotaje, es una coincidencia la visita”.

De igual manera recordó a los presentes que sólo con la creación de un frente unido en contra del “imperialismo” es la única manera de lograr una gran nación suramericana."Ser libre o morir esa es nuestra consigna, no tenemos alternativa hoy en América Latina, libre o muerto", reflexionó mientras de fondo se escuchaba los vítores y consignas en apoyo a las palabras del habitante de Miraflores.

No fue necesario escuchar un silbato para saber que el evento había culminado, tan pronto Chávez finalizó su alocución, poco a poco las instalaciones regresaron al silencio en que se encontraban horas atrás, aunque acompañadas por vasos, papeles, botellas y envoltorios que sus visitantes olvidaron depositar en las cestas de basura.

Ahora, los fanáticos de este bello deporte estarán a la expectativa, esperando por el contrataque del capitalismo. También hay quienes abrigan la esperanza de que el próximo encuentro se lleve a cabo en el mismo campo de juego, y poder observar así de manera simultánea las reacciones, de los dos “caballeritos”, pero será el tiempo, y sólo éste quién irá debelando lo que el futuro nos destina.


domingo, 11 de marzo de 2007

Libertad de expresión: ¿utopía o realidad?


La libertad de expresión es de vital importancia para cualquier sistema de gobierno democrático, pues es la única manera en la que se le puede garantizar a todos los sectores de la población un lugar dentro de la sociedad. Actualmente en Venezuela, el tema de la libertad de expresión se ha hecho presente una vez más en la palestra pública como resultado del proceso administrativo emprendido por el Gobierno Nacional en contra de R.C.T.V, y como todo en este país, son dos las posiciones que se hacen sentir, sólo queda descifrar cuál de las dos está fundamentada en la realidad y cuál es utópica.

En más de una ocasión la diputada a la Asamblea Nacional, Iris Varela ha señalado que en Venezuela existe libertad de expresión porque “en múltiples oportunidades distintos periodistas han insultado al Presidente de diferentes maneras sin que éstos resultaran perseguidos, o detenidos por manifestar su opinión”. Al parecer a la “foforito” del Palacio Legislativo se le olvidó de la famosa lista de Tascón, en la que hacía público a través de un webside el listado de las personas que firmaron a favor de la realización del referéndum revocatorio, costándoles el puesto de trabajo a los empleados públicos que aparecieron en el listado.

Libertad de expresión no es sólo el hecho de que un periodista pueda expresar sus ideas a través de un medio de comunicación, va mucho más allá, es poder elegir que programa de televisión quieres ver, decidir qué marca de azúcar endulzará tú café cada mañana, o poder firmar en contra del presidente sin que por esta razón tengas que despedirte de tu puesto de trabajo.

RCTV, un cierre ideológico

En diciembre de 2.006 el presidente Chávez anunció en su Aló Presidente que no le sería renovada la concesión al canal de Quinta Crespo, alegando que protegía a los niños, al librarlos de su programación. Cuando no resulta para nada difícil notar que lo que al Primer Mandatario le molesta es la línea editorial en su contra que la planta ha mantenido a lo largo de su mandato.

Y en caso de que fuese cierto, que el hecho que motiva el cierre del canal fuese la mala educación que obtienen los niños y adolescentes, no es labor del estado elegir cuál programación es adecuada y cuál no. Esa responsabilidad le corresponde a sus padres o representantes, pues ellos y no el Estado son los custodios de los menores.

Un partido por la democracia

Como ya hemos dicho anteriormente, en la democracia es de suma importancia la libertad de las ideas, y una manera de lograrlo es a través de los partidos políticos. En Venezuela más que organizaciones parecen plaga, pues se reproducen con una facilidad inédita. Pero surgen porque ese grupo de personas no se sienten identificados por completo con los otros partidos, y quieren hacerse escuchar.

Ahora el Gobierno Nacional tiene metido entre ceja y ceja que hay que crear un partido único en el que se agruparán todas las toldas políticas que le apoyan, “con el propósito de crear y unificar fuerzas en contra de la oligarquía y la oposición golpista” señaló Jorge Rodríguez, Vice-Presidente de la República.

Entre tanto en los pasillos de la casa del partido Podemos, sólo se escuchan preocupaciones, y desaprobaciones hacia esta medida, pues aseguran será el final de la agrupación política que tanto les ha costado levantar.

Con esas acciones que ha dado el Gobierno, en las que se demuestra su afán por homogenizar, poco a poco, la opinión de los ciudadanos venezolanos, acabando con la pluralidad de ideas, para convertirla en una que sea a fin con las suyas ¿Cómo es posible que existan personas que insistan en que gozamos de plena libertad de expresión?

jueves, 1 de marzo de 2007

Señor presidente ¿hacia dónde vamos?


Son muchas las alocuciones en las que se hace referencia al socialismo del Siglo XXI, no sólo es nombrado por el Primer Mandatario, sino que sus ministros, diputados y demás dirigentes políticos que le siguen reiteran constantemente que es allá a donde vamos y “a paso de vencedores”, pero ¿qué es en realidad el socialismo del siglo XXI? ¿Hacia dónde nos dirigimos?

Retrocediendo un poco en la historia, encontramos que fue el analista político alemán Heinz Dieterich Steffan quien en 1995 creó esa ideología que nuestro presidente ha hecho tan popular en los últimos días. Doctrina que él mismo definió en el V Foro Mundial, y en la que se encargó de remarcar las grandes diferencias existentes entre el socialismo de Marx, y este nuevo socialismo, siendo la democracia participativa y directa un factor determinante.

Resulta interesante este punto, si bien es cierto que en Venezuela aún existe la democracia, también es real la necesidad de la independencia de los poderes, cosa de la que nuestra nación no goza. Y se puede constatar cuando son esperadas las órdenes del Presidente de la República para que cierta ley ingrese en las discusiones de la Asamblea Nacional, o se abra un proceso administrativo en contra de algún canal de televisión.

Por su parte, Hugo Chávez en una entrevista concedida a Manuel Cabieses afirma que son cuatro los elementos que definen al socialismo del Siglo XXI: moral, democracia participativa, igualdad, y cooperativismo. Es precisamente en este punto donde nos preguntamos ¿de qué país estará hablando el señor Presidente?

Ya que al definir “moral” enfatiza en luchar en contra del individualismo, egoísmo, odio, privilegios. Pero todas ellas se ha incrementado desde que Chávez asumió el poder. Cada vez hay más odio y división entre los venezolanos, y cada vez observamos cómo los que un día fueron humildes dirigentes vecinales se hacen millonarios de la noche a la mañana con pequeños cargos en el gobierno.

Cuando se refiere a democracia participativa habla de que el poder está en el pueblo, sólo existe algo que no comprendo en esta afirmación, cómo es posible que el pueblo que muere de hambre, ese 80% de la población que vive en la pobreza regala petróleo a Cuba, compra empresas destinadas a la bancarrota en Argentina, y no se preocupa por su propio bienestar.


Igualdad conjugada con la libertad en la que los privilegios quedan de lado, pero de ser así, cómo es que William Lara, Ministro de Comunicación e Información, luego de hacer pronósticos sobre el resultado de las elecciones del famoso 3 de diciembre, violando la ley electoral, continuara en su puesto, sin enfrentar cargos, porque ese día el era “un ciudadano más”.

Y por último queda el cooperativismo, que es la creación de las famosas cooperativas, empresas a las que el gobierno brinda mayores beneficios, pero exige un mayor número de requisitos, tantos, que en ocasiones hace pensar a los interesados retirarse, y buscar otras formas de ingresos.

Ya sabemos lo que en teoría es el Socialismo del Siglo XXI, y no resulta nada complicado percatarnos que estamos muy lejos de lo que éste plantea, razón por la cual una nueva interrogante aparece en el horizonte, ¿hacia dónde vamos?