
El pasado jueves, 8 de marzo, el presidente de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, arribó a la capital Argentina, con el propósito de concretar acuerdos económicos con el país de Gardel, aprovechando la oportunidad para dirigir unas palabras en contra de su homólogo estadounidense, George W. Bush quien visitaba el sur del continente.
Aún se izaba el crepúsculo en el cielo de la capital argentina cuando empezó el desfile de personas hacia Caballito, lugar donde se levanta el estadio de fútbol Ferrocarril Oeste, en el que suelen converger emociones de alegría y tristeza, dependiendo del resultado de la oncena en el campo de juego, pero en esta oportunidad la asistencia no responde a la hinchada de un equipo, sino a seguidores de un movimiento político que parece expandirse rápidamente por Latinoamérica, el socialismo.
El manto de estrellas ya arropaba la ciudad de Buenos Aires, los grandes faros ya estaban encendidos, las cámaras de televisión preparadas para iniciar la transmisión y las fotográficas enfocadas para no perder ningún detalle, cuando al campo de juego saltaron los representantes del socialismo, encabezados por Hebe Bonafini, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, y culminando con el capitán de la escuadra y presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías.
Luego de los saludos protocolares entre los miembros del mismo equipo -pues el capitalismo se encontraba del otro lado del Río de La Plata- se inició la presentación con la que Bonafini le dió paso al discurso más esperado de la noche, el del Primer Mandatario venezolano, quien sin pensarlo mucho, emprendió la envestida en contra del representante de la Casa Blanca.
El presidente Chávez enfatizó que su visita a Argentina no tiene nada que ver con la gira de Bush a Latinoamérica, señalando que el hombre más poderoso del mundo "ya ni siquiera huele a azufre, lo que inhala es el olor de los muertos políticos y dentro de muy poco tiempo se convertirá en polvo cósmico y desaparecerá del escenario, no hace falta ningún sabotaje, es una coincidencia la visita”.
De igual manera recordó a los presentes que sólo con la creación de un frente unido en contra del “imperialismo” es la única manera de lograr una gran nación suramericana."Ser libre o morir esa es nuestra consigna, no tenemos alternativa hoy en América Latina, libre o muerto", reflexionó mientras de fondo se escuchaba los vítores y consignas en apoyo a las palabras del habitante de Miraflores.
No fue necesario escuchar un silbato para saber que el evento había culminado, tan pronto Chávez finalizó su alocución, poco a poco las instalaciones regresaron al silencio en que se encontraban horas atrás, aunque acompañadas por vasos, papeles, botellas y envoltorios que sus visitantes olvidaron depositar en las cestas de basura.
Ahora, los fanáticos de este bello deporte estarán a la expectativa, esperando por el contrataque del capitalismo. También hay quienes abrigan la esperanza de que el próximo encuentro se lleve a cabo en el mismo campo de juego, y poder observar así de manera simultánea las reacciones, de los dos “caballeritos”, pero será el tiempo, y sólo éste quién irá debelando lo que el futuro nos destina.