Sonido listo, cortina lista, cámaras listas, banderas arriba,.. 3,2,1 ¡estamos al aire que el público aplauda!
Como si se tratara del rodaje de una película, con productores, camarógrafos, y asistentes en un ir y venir interminable, tratando de que todo esté perfectamente preparado en el momento preciso, inicia el programa dominical Aló, Presidente, aunque ahora se ha extendido a otros días de la semana, a través del cual el primer mandatario Hugo Chávez Frías, puede contrarrestar el plan mediático emprendido por “las cúpulas podridas de la oligarquía, la oposición golpista y el imperialismo salvaje” como el mismo suele adjetivarlas.
Siempre vestido con una camisa roja, y un guayoyito sobre el escritorio inicia el discurso el máximo representante del poder ejecutivo, en el que se abordan temas que van desde el despido de trabajadores de la industria petrolera PDVSA, proponer la creación de una nueva ley, o las nuevas aventuras libradas por la menor de sus hijas Rosa Inés con la morrocoya, sin pasar por alto un tiempo para reiterar las diferencias existentes con el imperialismo y el neoliberalismo de Estados Unidos.
Ya se ha hecho de uso cotidiano el empleo de refranes populares, e incluso el uso de un lenguaje soez al momento del discurso, lo que ha logrado mayor aceptación en los sectores populares de la población, quienes se sienten identificados y alentados a seguir el ejemplo del Presidente de la nación, y encuentran divertido que palabras como “adquerer” sean escritas por el habitante de Miraflores.
Es por esto, que con el transcurrir del tiempo el Presidente de la República, valiéndose de su discurso, y de la exposición que tiene ante las cámaras además de darse a conocer por el ejercicio de la política tanto en el país, como en el exterior, también ha ido consolidando su imagen como un líder carismático, preocupado por la gente, y tan igual como cualquier venezolano que cada mañana se levanta muy temprano para poder alimentar a su familia.
Aunque en ocasiones, cuando el programa se ha realizado en localidades ajenas a la sala del palacio de Miraflores, se dejan oír, a modo de cortina del programa quejas de ese pueblo al que Hugo Chávez en repetidas oportunidades ha reiterado su apoyo, respondiendo de manera cínica al agradecer esas personas que se encuentran en las adyacencias por asistir a brindarle apoyo tanto a él como a la labor realizada en tantos años de gobierno.
Un espacio televisivo propiciado por el Gobierno en tiempo de crisis, cuando la oposición venezolana convocó a un paro nacional, ha perdurado todo este tiempo en el aire, es debido a una, y sólo una razón, y es que los medios de comunicación representan sin lugar a dudas un gran poder sobre opinión pública, ¿Será por eso que el nuevo propósito del ejecutivo es lograr el cierre de un canal que no ha vacilado al momento de criticar las acciones de los representantes de este país?
Corte, ese queda