miércoles, 18 de enero de 2017

Venezuela vive en 140 caracteres


Para nadie es un secreto que las redes sociales han revolucionado al mundo, han convertido a completos desconocidos famosos multimillonarios, como el caso de Justin Bieber. Han servido de herramientas para combatir el cerco informativo en países dictatoriales, y como red de información para organizar protestas que han terminado con cambios de gobiernos y convocatoria a elecciones como fue el caso de la primavera árabe y el movimiento en Ucrania.

Desde Venezuela he sido testigo de todos esos cambios, de esos movimientos sin poder dejar de hacer la analogía entre lo que ellos hacen y lo que aquí hacemos. Cuando hablamos de redes sociales, me atrevo a decir que somos los venezolanos unos de los más activos de Latinoamérica, basta con ver un noticiero de CNN en español y verán que la mayoría de los comentarios vienen de mi país.

Cuando de política se trata, ya sean convocatorias a marchas, ruedas de prensa o anuncios de importancia en Twitter, sin lugar a dudas conseguiremos la información. Pero cuando toca pasar a la acción cuando es el día de salir a la calle a protestar por los derechos de los que la gran mayoría se queja en las redes somos siempre los mismos.

Estoy casada ya de ver a gente que desde la comodidad de sus casas pide a los demás alzar la voz, no ponerse de rodillas ante la dictadura, el régimen moribundo, o el hijo del intergaláctico. Pero cuando es el turno de tomar acciones, y no me refiero a tomar por asalto la brigada blindada, sino salir a la calle a ejercer el derecho constitucional a la protesta pacífica y democrática, se quedan en sus casas por temor a la posible represión.

Es cierto que los que ahora están en el poder son represivos, y no les cuesta nada sembrar evidencias para poner a protestantes en la cárcel. Pero también es cierto que desde la casa no se hace nada, “descargando la arrechera” y quejándose de lo pobre de las marchas, o falta de contundencia de la MUD por redes sociales sólo logran desalentar a los pocos que si estamos dispuestos a salir a luchar por un mejor país.


La seguridad que brindan las redes sociales han hecho que el espíritu de lucha que albergaron los venezolanos de aquel 23 de enero, cuando salieron a librarnos de la dictadura, se cambiara por emojis y se redujera a 140 caracteres. Hay quienes preguntan que porqué en Ucrania, y los movimientos de la Primavera Árabe si tuvieron el efecto deseado. Mi respuesta es una sola, ellos usaron las redes sociales para la convocatoria, pero también se fueron a las calles y no volvieron a sus casas hasta que recobraron la democracia para sus países.

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